La Doma Vaquera: Un Pilar de la Cultura Ecuestre en Castilla y León
En el corazón de Castilla y León, se gesta un significativo paso hacia la protección de una de sus más genuinas expresiones culturales: la Doma Vaquera. Esta disciplina ecuestre, que amalgama destreza, tradición y un profundo conocimiento del entorno rural, está siendo valorada para su declaración como Bien de Interés Cultural (BIC) de carácter inmaterial. Es un reconocimiento a su arraigo histórico y a su función vital en la vida campesina.
El procedimiento, iniciado por la Dirección General de Patrimonio Cultural de la Junta de Castilla y León, busca salvaguardar un conjunto de prácticas y saberes que han moldeado la interacción entre el hombre, el caballo y el ganado bravo a lo largo de los siglos. Es la esencia de una tradición viva que se resiste a desaparecer, evolucionando y adaptándose sin perder su auténtica esencia.
Legado Etnológico y Cohesión Social en el Medio Rural
La Doma Vaquera trasciende la mera técnica de equitación para convertirse en un verdadero pilar etnológico. Representa un vasto compendio de conocimientos transmitidos oralmente y mediante la práctica continua, vitales para el manejo del ganado en las dehesas y campos. Este saber ancestral no solo dota de habilidades a los jinetes, sino que también fomenta valores de respeto, paciencia y conexión con la naturaleza, elementos cruciales para la identidad rural de la comunidad.
Su importancia se extiende al ámbito social, actuando como un poderoso vínculo de cohesión. Es protagonista en numerosas fiestas populares y eventos tradicionales, donde el caballo y el jinete demuestran su compenetración en desafíos de pericia y elegancia. Estas celebraciones son esenciales para mantener vivas las costumbres y para fortalecer el sentido de pertenencia en los municipios más pequeños de Castilla y León.
Protegiendo una Tradición con Profundas Raíces Históricas
Castilla y León no es solo un escenario actual para la Doma Vaquera, sino que ha sido históricamente una cuna de su desarrollo y perfeccionamiento. La región ha visto nacer y crecer a grandes maestros y ha albergado eventos que han marcado hitos en la evolución de esta disciplina. La formalización y difusión de sus principios han contribuido a que hoy sea reconocida más allá de sus fronteras, siendo un símbolo de la maestría ecuestre española.
El proceso de protección no solo apunta a la declaración como BIC, sino que también contempla una alternativa: su inclusión en el Inventario de Bienes del Patrimonio Cultural de Castilla y León. Ambas vías aseguran que esta manifestación cultural, con su inestimable valor, reciba el amparo necesario para que las futuras generaciones puedan heredar y disfrutar de la riqueza y el significado de la Doma Vaquera.


