jueves, octubre 16, 2025
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Desempleo en España: datos EPA Q1 2025 y sus desafíos

Desempleo en España: datos EPA Q1 2025 y sus desafíos

El informe de la Encuesta de Población Activa (EPA) del primer trimestre de 2025 refleja un debilitamiento del mercado laboral español. El crecimiento económico, aunque positivo, muestra una desaceleración significativa en comparación con el trimestre anterior, impactando directamente en el empleo.

Crecimiento del empleo en la población inmigrante

El crecimiento económico del primer trimestre se sustentó en la demanda nacional y el consumo privado, impulsados por el aumento de la población, mayoritariamente inmigrante. Este incremento poblacional se refleja también en el mercado laboral, con un aumento del empleo en la población extranjera, mientras que el empleo en la población española disminuye.

Si bien el primer trimestre suele ser desfavorable para el mercado laboral español, este año se exacerbó debido a factores como la Semana Santa en abril y las inclemencias meteorológicas, lo que contribuyó al aumento del desempleo en todos los sectores, particularmente en servicios, con un incremento de 125.000 desempleados.

La población ocupada se redujo en 92.500 personas, con un contraste significativo entre nacionales y extranjeros. Mientras el empleo extranjero aumentó en 52.000 personas, la ocupación española disminuyó en 144.500. Este patrón, que se observa desde la pandemia, resulta en una baja productividad por puesto de trabajo.

El paro aumentó en 193.700 personas, la cifra más alta para un primer trimestre desde 2013. La tasa de paro se sitúa en el 11,4%, frente al 10,61% del trimestre anterior. Aunque la población activa aumentó en 101.200 personas, este incremento se concentra en la población extranjera (98.000), mientras que el aumento en la población española activa es mínimo (3.500).

Un mercado laboral distorsionado

El desempleo juvenil (16-24 años) permanece alto, alcanzando el 26,5%, frente al 24,9% del cuarto trimestre de 2024, con una pérdida de 61.000 empleos juveniles durante el primer trimestre. Existe una notable desconexión entre la formación recibida y las necesidades del mercado laboral, llevando a muchos universitarios a aceptar empleos por debajo de su cualificación o buscar oportunidades en el extranjero.

La sobrecualificación es un problema significativo: un 34% de los empleados realizan tareas para las que están sobrerrepresentados, y casi la mitad trabaja en áreas ajenas a su formación. Este desajuste, el mayor de la UE, limita las perspectivas profesionales.

Para mejorar esta situación, se requiere una reforma profunda en las políticas de empleo y formación, alineando la educación con las necesidades del mercado laboral y fomentando la formación profesional y la continua. Una mayor colaboración entre universidades y empresas es crucial para reducir la brecha entre formación y empleo.

Riesgos sociales y educativos

La Comisión Europea destaca la situación vulnerable de España en el ámbito sociolaboral, señalando la alta pobreza, la desigualdad de ingresos y la ineficacia de las prestaciones sociales. El acceso a la vivienda, la precariedad laboral y el alto desempleo agravan la situación.

En el ámbito educativo, preocupa el alto abandono escolar y las desigualdades educativas, que dificultan la integración laboral de los jóvenes. Además, existe una escasez de especialistas en sectores clave, mientras se depende de la mano de obra inmigrante para trabajos menos cualificados.

Jornada laboral y tejido empresarial

La propuesta de reducción de la jornada laboral ha generado controversia entre los empresarios, quienes argumentan que, sin ajustes salariales y negociación, incrementaría los costes, especialmente para las pymes. El aumento del salario mínimo y las cotizaciones sociales, junto con la reducción de la jornada, representan un coste significativo para estas empresas.

Las pymes, pilar del tejido empresarial, tienen menor productividad y margen para absorber estos cambios. Se estima que la reducción obligatoria de la jornada podría costar cerca de 48.000 millones de euros anuales sin mejoras en eficiencia y tecnología.

Una oportunidad

El futuro del empleo en España depende de la capacidad para afrontar estos retos. Es necesario apostar por la productividad, la formación, el reciclaje y la innovación tecnológica para crear empleo de calidad. Las crisis presentan oportunidades, y es momento de actuar.

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