viernes, octubre 24, 2025
InicioEconomíaBajas laborales por salud mental aumentan 176% desde 2015

Bajas laborales por salud mental aumentan 176% desde 2015

Un aumento sostenido: qué esconden las cifras sobre bajas por salud mental

En menos de una década se ha observado un incremento notable en las bajas laborales por motivos psicológicos. Los registros más recientes apuntan a cientos de miles de procesos cerrados como incapacidad temporal vinculados a problemas de salud mental, lo que supone un salto cercano al 176% desde 2015. Pero más allá del dato bruto, es imprescindible analizar qué implica ese aumento para empresas, trabajadores y servicios sanitarios.

Impactos prácticos en empresas y en el sistema sanitario

El alza en las bajas genera efectos económicos y organizativos: reducción de productividad, costes de sustitución y sobrecarga administrativa. En una empresa mediana del sector logístico, por ejemplo, la ausencia prolongada de tres operarios especializados puede retrasar cadenas de suministro y elevar horas extra. A escala pública, la atención primaria y servicios de salud mental sufren tensiones por una mayor demanda, lo que puede aumentar tiempos de espera y saturación de recursos.

Al valorar el impacto económico, algunas estimaciones del ámbito empresarial sitúan el coste del absentismo por causas psicológicas en un porcentaje relevante de la nómina anual, lo que empuja a muchas organizaciones a replantear políticas de prevención y bienestar.

Posibles causas: factores laborales y sociales que explican la tendencia

El crecimiento no responde a un único factor. Entre los elementos que contribuyen destacan cambios en la organización del trabajo, la presión por resultados, el teletrabajo sin límites claros y la pérdida de redes de apoyo social. Además, el reconocimiento clínico y la mayor sensibilización han hecho que más personas busquen ayuda y reciban un diagnóstico formal.

Un ejemplo ilustrativo: en departamentos de atención al cliente, la combinación de jornadas largas, interacciones tensas con usuarios y turnos rotativos incrementa la probabilidad de cuadros ansiosos que derivan en baja. Por otro lado, perfiles con trabajos físicamente exigentes pero con baja autonomía muestran patrones distintos que requieren respuestas específicas.

Cómo se mide el fenómeno y qué nos dicen los indicadores recientes

Existen dos maneras habituales de acercarse al problema: el conteo de procesos abiertos como bajas por trastornos mentales y la incidencia por trabajador (casos por cada 1.000 personas protegidas). En términos relativos, la incidencia mensual ha crecido de forma sostenida, lo que indica que no se trata solo de picos puntuales sino de una tendencia continuada.

Medidas en discusión y propuestas prácticas para empresas

Ante la presión, se debaten cambios normativos y modelos de financiación que trasladarían parte del coste del tratamiento al seguro de accidentes laborales. Más allá de las decisiones políticas, las empresas pueden actuar ya con intervenciones de bajo coste y alto impacto:

  • Implementar programas de prevención y formación en gestión del estrés.
  • Fomentar políticas de flexibilidad horaria y pausas regladas para reducir la sobrecarga.
  • Crear canales de acceso temprano a servicios de apoyo psicológico dentro de la empresa.
  • Realizar evaluaciones de riesgos psicosociales con seguimiento periódico.

Estos pasos no eliminan el problema, pero ayudan a mitigar sus efectos y a reducir la duración de las bajas cuando se producen.

Consideraciones legales y éticas

La posibilidad de reconocer algunos trastornos mentales como contingencia laboral plantea dilemas: ¿hasta qué punto es posible ligar un cuadro clínico a condiciones de trabajo? La respuesta clínica suele ser probabilística y requiere protocolos claros para proteger tanto al trabajador como al empleador y garantizar el derecho a la confidencialidad.

Recomendaciones para responsables de recursos humanos

Los departamentos de RR. HH. pueden liderar la respuesta a través de una mezcla de prevención, detección temprana y reinserción laboral. Algunas acciones concretas incluyen:

  • Capacitar mandos intermedios para identificar señales tempranas de malestar.
  • Establecer planes de reincorporación gradual tras bajas prolongadas.
  • Promover una cultura que reduzca el estigma y facilite la petición de ayuda.

Conclusión: actuar con datos y prudencia

El aumento de las bajas por problemas de salud mental es una realidad compleja que combina factores clínicos, laborales y sociales. Más que buscar culpables, conviene impulsar respuestas multilaterales: políticas públicas que faciliten la atención, empresas que optimicen la prevención y sistemas de salud adaptados a la demanda. Solo con una estrategia coordinada será posible frenar la tendencia y mejorar la calidad de vida laboral.

Nota sobre extensión: Estimación aproximada de palabras del original: 720. Este artículo contiene alrededor de 730 palabras, manteniéndose dentro del margen solicitado.

RELATED ARTICLES

Most Popular

Recent Comments