lunes, diciembre 29, 2025
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Banco de España mejora previsión del PIB a 2,9% en 2025

España Mira al Futuro: Un Impulso Económico Reforzado por el Banco Central

La perspectiva económica de España ha recibido una notable inyección de optimismo. Recientes actualizaciones confirman un ajuste al alza en las proyecciones de crecimiento del Producto Interior Bruto (PIB) para los próximos años, reflejando una resiliencia y un dinamismo mayores de lo inicialmente esperado. Este reajuste, que sitúa el crecimiento en un robusto 2,9% para 2025, sugiere que la actividad económica nacional está encontrando nuevas fuentes de vigor, consolidando una fase de expansión que podría ser más prolongada.

El organismo supervisor ha recalibrado sus estimaciones no solo para el año inmediato, sino extendiendo estas mejoras a mediano plazo, con proyecciones del 2,2% para 2026 y del 1,9% para 2027. Estas cifras, que superan las expectativas previas en varias décimas, trazan un panorama donde la economía española se afianza, aunque se prevé una desaceleración gradual hacia tasas más consistentes con su potencial de crecimiento a largo plazo.

Los Motores del Crecimiento: Consumo Interno y Expansión Externa

La solidez de la economía española se sustenta en una combinación de factores internos y externos. Uno de los pilares fundamentales es el vigoroso comportamiento del consumo privado, que ha superado consistentemente las previsiones, evidenciando una confianza recuperada entre los hogares y una capacidad de gasto mantenida. Este repunte en la demanda interna es crucial para la estabilidad y el impulso de diversos sectores.

Paralelamente, el sector exterior ha contribuido significativamente a este ímpetu. Específicamente, el notable dinamismo de las exportaciones de servicios no turísticos ha jugado un papel estelar, mostrando la diversificación y competitividad de la oferta española más allá de su tradicional fortaleza en el turismo. La revisión de las cifras de la contabilidad nacional, que ha elevado las estimaciones de la actividad reciente, complementa estos factores, pintando un cuadro de expansión generalizada.

La Batalla Contra la Inflación: Un Desafío Persistente

A pesar del optimismo en el crecimiento, la evolución de los precios sigue siendo un punto de atención. Las previsiones de inflación general se han ajustado al alza para 2025 y 2026, proyectando un promedio del 2,7% para 2025, moderándose al 2,1% en 2026 y al 1,9% en 2027. Este incremento se debe, en parte, a una dinámica inflacionaria reciente más pronunciada de lo esperado, así como a la influencia de la negociación colectiva en los salarios y el nuevo escenario macroeconómico global.

La inflación subyacente, que excluye los elementos más volátiles como la energía y los alimentos no elaborados, también se mantendría en niveles elevados (2,6% en 2025, 2,4% en 2026 y 2,1% en 2027), lo que indica presiones más arraigadas en la economía. No obstante, se espera una moderación para 2027, parcialmente atribuible a la expectativa de precios energéticos más bajos y el retraso en la implementación del nuevo sistema de derechos de emisión de la Unión Europea.

Dinámicas del Mercado Laboral: Ralentización Controlada y Reducción del Desempleo

El mercado de trabajo español se encamina hacia una fase de consolidación, aunque con un ritmo de crecimiento del empleo que se espera ralentice en los próximos trimestres. Después de un robusto incremento del 2,7% en 2025, la creación de empleo se moderaría al 2% en 2026 y al 1,4% en 2027, medido en términos de personas ocupadas. Este patrón, aunque más lento, es coherente con una economía que transita de una recuperación intensa a una expansión más sostenida.

Una implicación directa de esta evolución es la moderación de la productividad por ocupado, que tras una fuerte desaceleración inicial, se espera que repunte y se estabilice en torno al 0,5% en 2027. A pesar de estos ajustes, la tasa de paro continuará su senda descendente, proyectándose un 9,6% para 2027. La remuneración por asalariado también se estabilizaría alrededor del 3% al final del horizonte, con los incrementos salariales pactados en convenio alineados con estas expectativas de moderación.

Finanzas Públicas: Desafíos en Déficit, Deuda y Reglas Fiscales Europeas

En el ámbito de las finanzas públicas, las proyecciones indican una senda de déficit público relativamente estable para 2025 y 2026 (2,5% y 2,1% del PIB respectivamente). Sin embargo, se anticipa una revisión al alza para 2027, alcanzando nuevamente el 2,5% del PIB, un incremento atribuible principalmente a la subida salarial proyectada para los funcionarios. Este factor subraya los desafíos persistentes en el control del gasto público.

A pesar de esto, la ratio de deuda sobre PIB muestra una trayectoria favorable, con estimaciones de reducción hasta el 98,3% en 2027, desde el 100,6% en 2025. Esta mejora se explica por el mayor crecimiento del PIB nominal. Los ingresos públicos (excluyendo los fondos de recuperación europeos NGEU) continuarían ganando peso porcentual respecto al PIB, impulsados por la no deflactación de las tarifas del IRPF y el aumento de las cotizaciones sociales. No obstante, este aumento se vería compensado por mayores gastos en pensiones, salarios de empleados públicos, pagos de intereses e inversión pública, incluyendo el gasto en defensa.

Un punto crítico emerge en la posible desviación de la senda de gasto comprometida con Bruselas. El organismo advierte que el crecimiento del gasto neto podría exceder los límites establecidos por las nuevas reglas fiscales europeas, particularmente a partir de 2027. La concentración de la subida salarial de los empleados públicos en ese año, junto con otras presiones de gasto, podría agotar el margen de flexibilidad permitido, generando un desvío significativo de los compromisos adquiridos con la Unión Europea.

Factores de Incertidumbre en el Horizonte Económico

Aunque el panorama es mayormente positivo, persisten elementos de incertidumbre que podrían modelar la trayectoria económica de España. Internamente, la evolución de los salarios y los márgenes empresariales podría generar un escenario alternativo con mayor inflación y menor crecimiento. Asimismo, la respuesta de la oferta de vivienda ante el dinamismo de la demanda podría influir en el PIB y la inflación. Una evolución menos favorable de la demanda exterior neta, especialmente en servicios no turísticos, también podría mitigar el dinamismo de la actividad.

A nivel externo, aunque los acuerdos comerciales recientes han mitigado los riesgos de una intensificación de las guerras comerciales, la volatilidad financiera global sigue siendo una preocupación latente. Episodios recientes, vinculados a sectores como las empresas tecnológicas, ponen de manifiesto la posibilidad de una corrección abrupta en la valoración de los activos con riesgo, lo que podría tener repercusiones en la economía española.

Conclusión: Entre el Optimismo y la Vigilancia Estratégica

Las últimas proyecciones económicas para España dibujan un escenario de crecimiento fortalecido y reducción gradual del desempleo, impulsado por una combinación virtuosa de consumo interno y dinamismo exportador. Sin embargo, este optimismo se entrelaza con la necesidad de una gestión cuidadosa de la inflación y una estricta disciplina fiscal. El reto radica en mantener el impulso económico mientras se abordan los desequilibrios presupuestarios y se navegan las complejidades del entorno global. La capacidad de España para adherirse a sus compromisos fiscales europeos y gestionar los riesgos internos será fundamental para consolidar esta senda positiva y asegurar un desarrollo sostenible a largo plazo.

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