jueves, octubre 16, 2025
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Casa rural de Buenafuente y Silvia Abril en Cabrera

Un refugio familiar entre mar y bosque

La pareja formada por Andreu Buenafuente y Silvia Abril eligió hace años un entorno alejado del bullicio metropolitano para establecer su hogar. Su vivienda, situada en Cabrera de Mar, combina privacidad con proximidad a la costa: se encuentra a unos 30 kilómetros de Barcelona y en un municipio de poco más de 8.200 habitantes, lo que proporciona la sensación de comunidad pequeña sin renunciar a servicios cercanos. La elección responde tanto a criterios personales —búsqueda de calma y espacio para criar— como a demandas actuales de vida flexible y creatividad doméstica.

Arquitectura histórica con soluciones contemporáneas

La vivienda fue construida a principios del siglo XX y conserva rasgos tradicionales que marcan su identidad: muros de piedra, proporciones clásicas y texturas que delatan antigüedad. Sin embargo, en las intervenciones realizadas se ha buscado actualizar la funcionalidad sin borrar el carácter original. El resultado es una convivencia entre lo rústico y lo moderno: aislamientos y carpinterías actuales conviven con acabados en madera y piedra restaurada.

Distribución y espacios pensados para la vida cotidiana

Con una parcela superior a 400 metros cuadrados, la finca ofrece variedad de ambientes para distintas actividades. En el interior destaca un salón amplio y luminoso con grandes ventanales que conectan visualmente con el jardín; la presencia de una escalera de caracol articula las plantas y aporta una nota escultórica. La cocina, concebida como lugar de encuentro, integra una isla central que facilita tanto la preparación de comidas como la convivencia familiar y la telepresencia ocasional de trabajo.

Exterior: jardín, piscina y áreas de ocio

El exterior es uno de los activos más valiosos de la propiedad. Una piscina rectangular y una terraza con zona chill-out constituyen el eje de las actividades al aire libre. Además, el acceso se realiza a través de un arco de piedra natural y muros que delimitan y protegen la intimidad del recinto. El jardín alterna césped, arbolado y espacios de cultivo doméstico —un huerto— pensados para autoconsumo y actividades infantiles.

  • Piscina y solárium
  • Zonas de descanso cubiertas y descubiertas
  • Huerto familiar y espacios verdes
  • Área de juegos y espacios para ejercicio al aire libre

La casa como taller creativo y escenario familiar

Más allá de la función residencial, la finca alberga espacios destinados a la producción artística y profesional. Un estudio-taller permite a uno de los miembros de la pareja desarrollar proyectos personales sin salir de casa. Ese equilibrio entre trabajo creativo y vida doméstica es cada vez más habitual: encuestas recientes indican que muchas segundas residencias evolucionan hacia entornos híbridos donde el ocio y la producción se mezclan.

Privacidad y conexión con el entorno: ventajas y desafíos

Vivir en una casa de estas características aporta privacidad y posibilidades de desconexión, pero también exige gestión: mantenimiento de jardines, control de humedad en construcciones antiguas y atención a la eficiencia energética. Las reformas respetuosas con la fachada original suelen incorporar soluciones modernas (sistemas de climatización eficientes, doble acristalamiento, recuperación de aguas pluviales) que permiten reducir consumo sin perder la estética tradicional.

Para familias que buscan un equilibrio entre ciudad y naturaleza, este tipo de inmuebles representa una inversión en calidad de vida. En zonas costeras del Maresme, la demanda de segundas residencias y de viviendas con espacios exteriores se ha mantenido notable en los últimos años, impulsada por cambios en hábitos laborales y de ocio.

Detalles decorativos y soluciones funcionales

En lo decorativo, predominan tonos claros y materiales nobles como la madera y la piedra, que ayudan a unificar ambientes y a potenciar la luz natural. Los baños y espacios de servicio optan por acabados neutros y piezas sencillas para facilitar el mantenimiento. La presencia de fotografías familiares, libros y objetos personales imprime carácter y convierte la casa en un testimonio de la vida cotidiana más que en una simple puesta en escena.

Comparativas y ejemplos alternativos

Casos de artistas y comunicadores que optan por residencias en entornos rurales o semicosteros no son aislados: figuras públicas de distintos países prefieren adaptar inmuebles históricos con criterios de sostenibilidad y confort. Un ejemplo distinto al perfil de la pareja aquí descrita sería el de un fotógrafo que reconvierte una masía en estudio con áreas para alojamiento de asistentes y exposiciones efímeras, priorizando la adaptación flexible de espacios.

Conclusión: una casa que reúne historia, familia y funcionalidad

La residencia en Cabrera de Mar funciona como un modelo de convivencia entre tradición y necesidades contemporáneas: protege la intimidad de sus habitantes, facilita la creatividad y aporta amplios exteriores para la vida familiar. Mantener ese equilibrio exige inversiones puntuales y decisiones conscientes sobre conservación y modernización, pero el resultado es un hogar donde el legado arquitectónico se convierte en soporte de la vida cotidiana.

Nota sobre extensión: el texto original tenía aproximadamente 1.000 palabras; este artículo presenta una longitud similar para preservar el detalle y la profundidad del tema.

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