La diplomacia pública como motor de expansión del tercer sector
Extensión aproximada del texto original: 250 palabras. En este análisis reflexionamos sobre cómo la diplomacia pública está redefiniendo el papel de las organizaciones sin fines de lucro en el ámbito internacional.
En la reciente edición del foro celebrado en Riad, participaron más de 3.500 profesionales entre gestores de ONG, responsables diplomáticos y expertos en cooperación. Más allá de las cifras, el encuentro puso sobre la mesa una transformación: las entidades del tercer sector ya no actúan solo localmente, sino como agentes de política pública blanda.
Estrategias que ampliaron la influencia internacional
Los debates se orientaron hacia tácticas concretas: generar alianzas académicas transnacionales, usar el arte y el deporte como herramientas de diálogo y diseñar campañas conjuntas que proyecten la imagen institucional en mercados extranjeros.
- Crear programas de intercambio entre universidades y ONG.
- Impulsar festivales culturales que involucren a comunidades regionales.
- Desarrollar plataformas digitales para compartir buenas prácticas.
Casos prácticos y nuevas perspectivas
Un ejemplo distinto al habitual: una coalición de organizaciones juveniles de Oriente Medio y África del Norte lanzó un programa de voluntariado deportivo que mejoró la cooperación regional y atrajo financiación extranjera. Este tipo de iniciativas muestran cómo la colaboración internacional puede traducirse en recursos y visibilidad.
Además, algunos paneles destacaron cifras internas: el crecimiento anual del sector en la región ronda el 10–15% en ciertos subsectores, lo que exige modelos de gobernanza más sólidos para gestionar fondos y alianzas.
Desafíos y recomendaciones hacia 2030
La integración con la agenda nacional 2030 ofrece oportunidades claras, pero también retos: evitar la instrumentalización política, garantizar transparencia y profesionalizar equipos. Para ello se propusieron tres prioridades:
- Fortalecer capacidades en diplomacia pública dentro de las ONG.
- Establecer métricas de impacto compartidas entre socios internacionales.
- Promover formación continua en comunicación intercultural.
En síntesis, la diplomacia pública está emergiendo como una palanca estratégica que puede convertir a las organizaciones sin ánimo de lucro en actores clave de la proyección exterior, siempre que adopten prácticas de gestión modernas y alianzas multilaterales.


