Objetivo comercial en el escenario del hidrógeno
La compañía plantea posicionarse en el mercado del hidrógeno con la mira puesta en adjudicaciones de envergadura moderada a partir de finales de la década. Más allá de la mera cuantía, este movimiento refleja una intención de consolidar presencia en una cadena de valor que está acelerando su implantación industrial y regulatoría.
El interés por contratos en torno a 40-50 millones de euros anuales responde a un doble objetivo: controlar el riesgo por proyecto y demostrar capacidad de ejecución como paso previo a licitaciones mayores en años sucesivos. En paralelo, fuentes del sector proyectan que la instalación de electrolizadores y la cadena de suministro asociada signarán un crecimiento notable en Europa hacia 2030, con decenas de gigavatios planificados en distintas iniciativas públicas y privadas.
Riesgos financieros y métricas operativas que importan
Adjudicarse contratos en el rango objetivo exige disciplina financiera y un control exhaustivo de la ejecución. Un proyecto medio de 45 millones suele implicar adelantos significativos en compras de materiales y subcontratación; por tanto, la gestión del capital circulante y la garantía de líneas de crédito son determinantes para evitar tensiones de liquidez.
Además, la capacidad para llevar adelante simultáneamente varios proyectos condiciona la curva de ingresos: asumir dos o tres contratos de esa magnitud requiere estructuras proyectizadas en planificación, compras y recursos humanos que reduzcan cuellos de botella y desviaciones de coste.
- Necesidad de sistemas de control de costes robustos.
- Capacidad de financiación a corto plazo para compras tempranas.
- Gestión de riesgos contractuales y seguros para obras EPC.
Transformación organizativa: hacia una operativa más ágil
Para soportar la nueva estrategia comercial, la empresa ha diseñado una reordenación societaria que delega la operación en una entidad intermedia, con el propósito de simplificar la toma de decisiones del día a día y acelerar la respuesta frente a desviaciones de proyecto. Esta estructura permitirá concentrar en una sola marca operativa la ejecución de servicios y actividades de EPC.
La centralización de las áreas operativas bajo una sociedad operativa busca también facilitar alianzas locales en mercados internacionales, reducir solapamientos administrativos y proporcionar mayor visibilidad a inversores y financiadores sobre la aportación de cada área al resultado consolidado.
Enfoque sobre la cartera de activos: priorizar lo esencial
Como parte de la limpieza del portafolio, la dirección ha optado por desprenderse de negocios catalogados como no estratégicos para concentrarse en actividades con mayor retorno o sinergia con la cadena del hidrógeno y generación eléctrica. Este tipo de medidas suelen mejorar la liquidez inmediata y permiten alinear recursos con la nueva estrategia industrial.
La venta de unidades no nucleares y la liquidación ordenada de filiales contribuyen a reducir costes fijos y liberar equipo directivo que puede ser reasignado a proyectos prioritarios. Además, la cesión de participaciones a socios locales en ciertos países facilita la entrada en nuevos mercados sin elevar excesivamente la exposición financiera.
Áreas de crecimiento y ejemplos prácticos
El foco operativo se orientará hacia la construcción de plantas de producción eléctrica, instalaciones de conversión y los componentes de BOP necesarios en grandes proyectos industriales. Sectores con potencial de contratación incluyen:
- Hubs industriales que requieren hidrógeno para procesos (p. ej., refinerías reconvertidas).
- Proyectos de fertilizantes verdes y sinergias con plantas químicas.
- Electrificación de infraestructuras portuarias mediante energía renovable y almacenamiento.
En cada caso, la competencia por contratos exige demostrar experiencia técnica, capacidad de provisión de equipos y una política clara de alianzas con fabricantes y fondos de infraestructuras.
Balance final: oportunidades frente a exigencias de mercado
La apuesta por proyectos de 40-50 millones anuales supone un camino pragmático: permite ganar tracción en el mercado del hidrógeno sin asumir la complejidad financiera de contratos muy grandes desde el inicio. No obstante, la clave estará en mantener disciplina financiera, asegurar acuerdos de colaboración con proveedores y demostrar entregas satisfactorias que respalden la escalada hacia proyectos de mayor tamaño en los años posteriores.
Si la ejecución es solvente, esta estrategia puede servir como plataforma para acceder a contratos de mayor volumen y posicionarse como actor relevante en una industria que, según las perspectivas sectoriales, será central en la transición energética durante la próxima década.