Panorama: cuánto y cómo afecta la cronicidad a la población
El texto original tenía aproximadamente 240 palabras. En España, alrededor del 54,3 % de las personas mayores de 15 años conviven con alguna enfermedad de larga duración, una realidad que condiciona tanto el uso de servicios como el presupuesto público. Estas dolencias concentran gran parte del desembolso sanitario y dominan la actividad en atención primaria.
Impactos ocultos: más allá del gasto
Además del coste directo, la cronicidad genera efectos en la productividad laboral, el bienestar familiar y la demanda de cuidados informales. Por ejemplo, familias que atienden a personas con artrosis avanzada o con enfermedad renal crónica suelen reorganizar horarios y recursos, lo que tiene un coste económico y social no siempre contabilizado. Asimismo, la polimedicación y la fragmentación asistencial elevan el riesgo de ingresos evitables.
Hacia un modelo operativo: qué debe cambiar
Para mitigar la presión del fenómeno se requieren tres ejes: rediseño de la atención primaria, integración sociosanitaria real y estrategias de prevención en edades tempranas. La atención debería pivotar hacia equipos multiprofesionales y herramientas digitales que permitan monitorizar a distancia y anticipar descompensaciones.
- Revisiones periódicas de medicación realizadas por farmacéuticos clínicos.
- Equipos locales que coordinen salud y servicios sociales para evitar hospitalizaciones.
- Programas comunitarios de ejercicio y dieta para reducir progresión de enfermedades crónicas.
Los cambios propuestos no son urgencias aisladas sino parte de un modelo integral que acompañe a las personas a lo largo de su vida. Invertir en prevención y en coordinación puede traducirse en menos ingresos evitables y mayor calidad de vida. El reto ahora es convertir las líneas estratégicas en proyectos tangibles y evaluables entre 2025 y 2028.