Un adiós que interpela sobre la longevidad
Ha fallecido Angelina Torres Vallbona a los 112 años, dejando tras de sí una historia que invita a pensar cómo cambian las sociedades cuando sus miembros alcanzan edades excepcionales. Más allá del dato cronológico, su vida plantea preguntas sobre cuidados, memoria colectiva y el papel de los mayores en los barrios.
De Bellvís a Barcelona: trayectos y cotidianeidad
Nacida el 18 de marzo de 1913 en Bellvís (Lleida), desarrolló la mayor parte de su existencia en la capital catalana, en un entorno muy vinculado a la Sagrada Familia. Su biografía resume la migración interior que protagonizaron muchas personas del siglo XX, buscando trabajo y comunidad en la ciudad.
Lecciones prácticas de una vida prolongada
- Mantener vínculos sociales para sostener la salud emocional y física.
- Rituales diarios simples que favorecen la rutina y el bienestar.
- La resiliencia ante cambios históricos: adaptarse a décadas de transformaciones.
Estas enseñanzas surgen de observar trayectorias similares: personas que superan el siglo de vida suelen combinar actividad social, hábitos estables y apoyo vecinal.
Remembranza colectiva y retos para el futuro
Familiares, vecinos y representantes locales han recordado con afecto su presencia y los pequeños gestos cotidianos. Su partida también reaviva el debate sobre políticas de atención a personas muy mayores: alojamientos, servicios de salud y reconocimiento público.
Si bien el número de personas que alcanzan los 100 años ha crecido en las últimas décadas, la sociedad aún debe adaptar respuestas estructurales para garantizar dignidad y participación hasta edades avanzadas. El legado de Angelina es, en ese sentido, un llamado a preparar comunidades más inclusivas.


