Un repunte atípico en la contratación pública
Durante el segundo trimestre de 2025 se observó un incremento notable en los procesos de compra del sector público, tanto en importe como en número de expedientes. Este comportamiento llama la atención porque se produjo en un contexto de cuentas públicas prorrogadas, lo que habitualmente frena nuevas iniciativas. El fenómeno plantea preguntas sobre las razones que impulsaron ese volumen y sus implicaciones en términos de transparencia y eficiencia.
Causas posibles: plazos, fondos y prioridades desviadas
Una explicación plausible es la presión de plazos administrativos para ejecutar recursos externos o fondos con vencimiento cercano. Además, la necesidad de canalizar partidas aprobadas en ejercicios anteriores puede provocar una concentración de licitaciones en periodos determinados. Otra hipótesis es la reorientación de partidas ya aprobadas hacia contratos mayores, algo que puede producirse para cumplir objetivos técnicos o políticos sin una actualización presupuestaria formal.
En algunos contratos recientes a nivel regional —por ejemplo, la renovación de instalaciones deportivas en una ciudad norteña— se aceleró el calendario para consumir partidas europeas con cierre inminente, lo que redujo los tiempos de publicación y preparación de ofertas.
¿Qué impacto tiene sobre la competencia?
Cuando la licitación se concentra y se acortan los plazos, el resultado suele ser una menor concurrencia. Un menor número de oferentes debilita la competencia, incrementa la probabilidad de adjudicaciones a precios menos ventajosos y eleva el riesgo de que los procesos terminen desiertos. En el último trimestre analizado se detectó además una ligera reducción en la media de participantes por procedimiento en comparación con periodos anteriores.
El efecto es especialmente grave para las pymes, que necesitan plazos razonables y documentación clara para presentar propuestas competitivas. Si el calendario favorece a grandes empresas con departamentos de licitación bien dotados, el mercado público pierde diversidad y resiliencia.
Adjudicaciones y gasto: ¿un crecimiento sostenido?
Aunque el importe licitado subió de forma destacable, el volumen realmente adjudicado también mostró aumentos notables, aunque con variaciones entre sectores. El repunte puede obedecer a contratos de mayor cuantía que se ponen en marcha tras largos procesos preparatorios. No obstante, es necesario distinguir entre picos puntuales y tendencias estructurales: un trimestre elevado no garantiza continuidad si no hay un marco presupuestario renovado.
En el cómputo de los últimos cuatro trimestres se ha observado un alza acumulada en los importes licitados, superior al crecimiento medio del empleo público y de la inversión real, lo que alimenta dudas sobre la sostenibilidad y la priorización de proyectos.
Riesgos asociados a la aceleración de contratos
La velocidad en la contratación puede provocar problemas de control interno: documentación incompleta, escasa publicidad de las condiciones y menor disponibilidad de auditorías previas. En casos extremos esto facilita errores administrativos y aumenta la exposición a reclamaciones y revisiones posteriores.
Asimismo, la concentración de adjudicaciones en un corto periodo puede generar cuellos de botella en la ejecución presupuestaria y en la gestión técnica de los proyectos, afectando la calidad de obras y servicios contratados.
Medidas prácticas para mejorar la transparencia y la competencia
- Planificación multianual obligatoria: garantizar que las prioridades de inversión se publiquen con antelación para permitir la preparación de ofertas por parte de todos los interesados.
- Ventanas de notificación estandarizadas: establecer plazos mínimos para la publicación de pliegos y consultas previas que eviten la sobrecarga en periodos concretos.
- Incentivos para la participación de pymes: fraccionar lotes cuando sea viable para facilitar el acceso de empresas de menor tamaño.
- Mayor control ex post: reforzar auditorías y revisiones para los procesos acelerados, con sanciones claras por incumplimientos.
Estas acciones buscan evitar tanto la concentración de contratos en ventanas temporales como la merma de competencia que deriva en mayor coste para la Administración.
Ejemplos alternativos y enseñanzas
En una comunidad autónoma del este se dividió una gran licitación de suministro de equipos informáticos en cinco lotes, lo que permitió la participación de empresas locales y redujo el precio medio adjudicado. En contraste, un contrato único y de gran cuantía para infraestructura de transporte en otra jurisdicción recibió solo dos ofertas y sufrió sobrecostes por modificaciones posteriores.
Conclusión: gestionar el boom sin perder control
El aumento reciente de licitaciones y adjudicaciones puede interpretarse como una oportunidad para modernizar infraestructuras y servicios, pero también como un riesgo si se gestiona sin criterios de planificación y transparencia. La clave está en institucionalizar prácticas que preserven la competencia, protejan a las pymes y refuercen controles, para que el crecimiento del gasto público revierta en proyectos eficaces y sostenibles.