martes, noviembre 11, 2025
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Masturbación en la menopausia: aliada del bienestar sexual

Una aproximación práctica: la masturbación durante la menopausia como acto de cuidado

Palabras aproximadas del original: 730. En este texto ofrezco un análisis práctico y basado en experiencias comunes sobre cómo la masturbación puede integrarse en la rutina de autocuidado durante la menopausia, qué efectos neurofisiológicos favorece y qué barreras sociales conviene considerar.

Qué efectos concretos puede observar una mujer: sueño, ánimo y percepción corporal

Muchas mujeres describen cambios en la calidad del descanso y en el estado de ánimo durante la transición menopáusica. La estimulación sexual que culmina en orgasmo suele acompañarse de una sensación de relajación profunda, menor tensión muscular y una reducción transitoria de la ansiedad. En términos prácticos, esto puede traducirse en mejor conciliación del sueño y menos despertares nocturnos.

Además, el autoconocimiento corporal favorece una percepción más favorable de la propia imagen. Por ejemplo, mujeres que incorporan sesiones breves de autoplacer suelen reportar mayor confianza al vestirse o al relacionarse socialmente: pequeños cambios que inciden en el bienestar psicológico.

Breve explicación neurobiológica para entender el impacto

Más allá de la experiencia subjetiva, hay procesos fisiológicos que explican por qué la masturbación puede ser terapeútica. Durante la excitación y el clímax se liberan sustancias como endorfinas y otras neuromoduladores que actúan como reguladores del dolor y del estrés. También se observa aumento de hormonas implicadas en la recompensa, lo que facilita estados de ánimo positivos.

Adicionalmente, la estimulación genital activa vías nerviosas que modulan el sistema autónomo, lo que puede ayudar a estabilizar ritmos de sueño y a reducir la hipervigilancia frecuente en estados de ansiedad. No es una solución milagro, pero sí un componente complementario con efectos medibles cuando se practica con regularidad.

Cómo introducirlo paso a paso: consejos prácticos

Incorporar la masturbación como rutina de autocuidado puede ser sencillo si se plantea con intención. A continuación, una guía práctica para empezar:

  • Reserva momentos puntuales en la semana para explorar sin prisas; la regularidad ayuda a consolidar beneficios.
  • Combina respiración consciente o técnicas de mindfulness para reducir la tensión y mejorar la sensación corporal.
  • Usa lubricantes o hidratantes vaginales si hay sequedad, lo que facilita la experiencia y evita molestias.
  • Si aparece dolor pélvico, consulta con un profesional antes de insistir; la fisioterapia del suelo pélvico puede ser complementaria.
  • Experimenta distintas prácticas (masaje de zonas erógenas, vibración suave, estimulación externa) para identificar qué funciona a cada persona.

Ejemplos cotidianos que ilustran el cambio

Consideremos a Sofía, 54 años, que incorporó sesiones de 15 minutos antes de dormir y notó menos despertares nocturnos en pocas semanas. Otra experiencia, la de Marta, quien combinó ejercicios de respiración y masajes íntimos para aliviar tensión lumbar y mejorar su estado de ánimo en jornadas de trabajo exigentes. Estos ejemplos muestran que los efectos suelen ser acumulativos y personales.

Obstáculos culturales y estrategias para normalizar el autoplacer

El principal freno sigue siendo el estigma: culpa, tabúes o la idea de que el deseo declina irrevocablemente con la edad. Romper esos prejuicios pasa por educación sexual integral, comunicación abierta en pareja y espacios comunitarios donde compartir experiencias sin juicio. Talleres, grupos de apoyo y recursos educativos adaptados a mujeres en esta etapa pueden facilitar la normalización del tema.

Compatibilidad con tratamientos médicos y autocuidado integral

La masturbación no reemplaza tratamientos indicados por profesionales, pero puede sumarse a un plan global que incluya terapia hormonal cuando corresponde, ejercicio físico, dieta equilibrada y fisioterapia del suelo pélvico. Antes de iniciar prácticas intensas, conviene consultar en casos de dolor pélvico persistente o infecciones recurrentes.

Conclusión: un enfoque pragmático y empoderador

Abordar la masturbación durante la menopausia desde una perspectiva práctica permite verla como una herramienta más del autocuidado: accesible, privada y adaptable. Cuando se integra con apoyo médico y una mirada libre de prejuicios, puede contribuir a mejorar el bienestar físico y emocional, la calidad del sueño y la relación con el propio cuerpo.

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