viernes, octubre 17, 2025
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Televisión y cine bajan mientras crece música en vivo

La música en vivo como motor de recuperación

En 2024 la música en vivo se convirtió en el sector cultural con mejor evolución, superando claramente los niveles previos a la pandemia. Los conciertos aumentaron notablemente en número y afluencia, y la venta de entradas generó ingresos que posicionan al sector en crecimiento sostenido. Esta dinámica no solo beneficia a grandes eventos: las salas medianas y circuitos locales han mostrado un repunte importante, impulsando empleo y actividad asociada (hostelería, transporte, merchandising).

Servicios digitales: consumidores migran a plataformas y podcasts

El consumo de contenidos ha cambiado de forma estructural hacia el medio digital. El acceso a servicios de vídeo por suscripción se ha extendido a más de la mitad de los hogares con internet, y el uso de streaming para ver series y películas supera con holgura el consumo lineal. Asimismo, el formato podcast sigue ampliando su público, con más de la mitad de los internautas escuchando episodios regularmente.

Cine y televisión: señales de desgaste y recuperación parcial

Las pantallas tradicionales evidencian una tendencia a la baja. El visionado televisivo medio por persona ha retrocedido respecto a hace cinco años, y la radio mantiene una audiencia estable pero sin crecimiento. En salas, aunque las sesiones programadas se elevaron levemente frente al año anterior, tanto la asistencia como la recaudación registraron descensos, situando al cine por debajo de los niveles de 2019 en varios indicadores clave.

Artes escénicas: recuperación incompleta y desigual

Teatro, danza y ópera han mostrado avances respecto a 2023: más funciones y mayor facturación. No obstante, las artes escénicas aún no alcanzan el público de antes de la pandemia. La oferta se ha ajustado y existen diferencias territoriales marcadas, con algunas comunidades donde la programación y la afluencia se han normalizado, frente a otras que aún registran cifras significativamente inferiores.

Despliegue regional y ejemplos locales

El comportamiento por comunidades muestra contrastes: regiones con festivales estables y políticas de apoyo a la cultura han recuperado público con mayor rapidez. Ejemplos recientes incluyen iniciativas municipales que combinan microconciertos en plazas y una programación rotatoria de salas pequeñas, lo que ha permitido revitalizar circuitos y atraer audiencias urbanas y de proximidad.

Implicaciones para economía y gestión cultural

La nueva correlación entre formatos presenciales y digitales obliga a replantear modelos de negocio. Los promotores que integran venta física y digital, experiencias híbridas y precios diferenciados aumentan su resiliencia. Además, la mayor movilidad de público hacia conciertos implica efectos positivos sobre el comercio local y el empleo temporal relacionado con los eventos.

Recomendaciones prácticas para el sector

  • Impulsar programación combinada (presencial + streaming) para ampliar audiencias.
  • Apoyar circuitos regionales y microfestivales que dinamizan el tejido local.
  • Optimizar precios y paquetes (entradas + servicios) para mejorar la conversión en taquilla.
  • Invertir en campañas de comunicación que recuperen la confianza en espacios cerrados.

Estas medidas, junto a políticas públicas orientadas a subvencionar infraestructuras culturales y facilitar la digitalización, pueden acelerar la recuperación completa del sector.

Balance final y perspectivas

En conjunto, el año refleja una polarización: la música en vivo prospera, mientras que cine, televisión tradicional y algunas artes escénicas avanzan más despacio. La clave para equilibrar el tejido cultural reside en adaptar la oferta a hábitos digitales, reforzar el apoyo a espacios locales y diseñar experiencias que combinen lo mejor del directo con las plataformas online.

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